CRÓNICA DEL CAMINO. Día 7. Etapa 7, Grandas de Salime- A Fonsagrada

Este es el cambio Asturias - Galicia. Son de 25 a 30 km, dependiendo de la guía que uno lleve, y de a quien pregunte, porque cada cual te dice una cosa diferente.



Ya vamos viendo los cambios en el paisaje. El verde asturiano va dando paso a un paisaje que me recuerda mucho a la sierra de las nieves (
mi novio es de Ronda) cuando está más verde. Miro el paisaje y me recuerda muchísimo a Ronda y a mi novio.
Los caminos son más amplios, las subidas y bajadas son más suaves, la subida al puerto del Acebo se hace muy cortita y amena, hay muchas más llanuras...
Digamos que esta es una etapa para "descansar" el cuerpo después de las anteriores tan duras.

Desde Grandas hasta A Fonsagrada sólo hay una pequeña venta justo al bajar el puerto del Acebo y entrar en Galicia, donde nos paramos a tomar algo, y que abre a partir de las 8 de la mañana, por lo que en la mochila debemos llevar algo de comida por si no llegamos a mediodía a A Fonsagrada.

Nosotras empezamos el camino siendo 4 personas (Carmeli y yo, más el matrimonio de Estepa), pero al llegar a la venta, el matrimonio siguió y yo quise pararme a descansar y a cambiarme de calcetines porque estaban chorreando, así que nos quedamos Carmeli y yo.

El hombre que está allí es muy agradable, y nos ponemos a charlar él y yo mientras yo me tomo mi aquiarius, y Carmeli ya está esperando fuera para irnos rápidamente.
Por lo visto le gusta mucho hacer senderismo y ha hecho todos los caminos, además de varias rutas que va descubriendo y que no conoce casi nadie de fuera de los alrededores. El caso es que la conversación era muy amena, y mi aquarius estaba por la mitad, cuando Carmeli gritaba desde fuera "venga, vamonos... ¡¡¡Belén!, venga!!!!
Y este hombre me preguntó "¿Qué le pasa a tu amiga, que tiene prisa?"
Pues sí, tenía prisa. Y eso me estaba matando.

Queridos lectores, A Fonsagrada está lejos. Bien es cierto que la etapa es bonita, y no tan dura, y agradable... pero está lejos. ¡¡Está lejos! Y no se puede tener tanta prisa en llegar.
Hay que pararse en el camino, disfrutar, comer algo...
Y Carmeli seguía obsesionada en llegar cuanto antes. En su mente estaba la siguiente reflexión: "Cuanto antes lleguemos al albergue, antes descansamos"
¡Pero es que mi rodilla ya no podía llegar!!!!!!
A mí se me había metido un dolor ya tan grande que me subía hasta la cadera, y encima ya no doblaba. Ni para arriba, ni para abajo.
Y yo le decía "Vamos a parar", y ella paraba, pero yo le veía en su actitud corporal su nerviosismo por llegar y ella decía "la familia de Estepa nos estará esperando para comer en el albergue (al mediodía se refería)".
Y yo ya gritaba que no nos estaban esperando seguro, que aquí nadie espera a nadie, que cada uno va a su ritmo.

Llegué a A Fonsagrada fatal. Antes del mediodía, pero no podía dar un paso más.
A la entrada del pueblo preguntamos a un señor dónde estaba la iglesia (la oficina del peregrino está allí, en una puerta anexa) y nos dijo "en el centro del pueblo, a unos 20 minutos".
¿20 minutos más? Dios mio, ¡¡¡no puedo más!!!!

Yo llegué a la oficina del peregrino muerta, la cara descompuesta, la rodilla totalmente rígida...
Allí te atienden muy bien, te dan una botellita de agua fresquita y te dan información sobre albergues, etapas y todo lo que uno pueda preguntar.
Pero aún quedaban unos 3 km hasta el albergue. Cómo me vería la chica, que se ofreció a llevarme en su coche. Menos mal.

Pero ahí no acaba todo, porque al llegar al albergue no nos dejaban quedarnos por haber llevado las mochilas en taxi. Por lo visto tienen preferencia los peregrinos que vienen con mochila, no los que "hacen trampa" en taxi. ¡Pero yo estaba lesionada! ¡No podía llevar la mochila!
Al final, nos ofrecieron una "casita" enfrente del albergue, de protección civil, con 3 literas (6 camitas), cocina, baño... la verdad es que era muy cómoda.

Y llegó la gota que colmó mi vaso.

Empiezan a meterme prisa porque es la hora de comer al mediodía y quieren ir al pueblo a comer. Yo no podía doblar la rodilla, tenía que ducharme, quería lavarme el pelo, y no pude lavármelo porque no me daba tiempo. ¡¡¡¡No me daba tiempo!!!!!
¡¡¡Si estamos de vacaciones!!!!! ¡¡¡¡Ni siquiera tenía tiempo de lavarme el pelo con el estrés de tener que ir a comer!!!! ¡¡¡Que le den porculo a la comida, hombre!!!!!
Y REVENTÉ.
Salí de la casita, pararon a un coche corriendo en la carretera para que me llevara al pueblo porque yo no podía andar, el coche me dejó en la entrada, me senté en unas sillas de un bar que estaba cerrado, y esperé a que vinieran los demás.
Y empecé a llorar.
Lloré, lloré, lloré.
Y lloré, y lloré, y lloré más que en toda mi vida.
Eran mis vacaciones.
Era mi viaje soñado.
Era mi ilusión.
Y aún no lo había disfrutado.
Ni casi fotos, ni relajación, ni hablar con las "vaquiñas" (frase de mi padre)...

Y fue lo mejor que me pasó. (Mañana explico por qué)

Carmeli me vio tan hundida, que me dijo que nunca pensó que me doliera tanto la rodilla, que ella pensaba que "cuanto antes llegáramos, antes descansaría", que nunca pensó que yo no pudiera llegar... y me propuso abandonar.
Y yo lloraba y gritaba ¡¡Yo no quiero abandonar!!! ¡¡Yo no tengo prisa!!! ¡Si hasta septiembre no tengo que trabajar y faltan 2 meses!!! ¡¡Si tú quieres seguir, sigue, pero yo me quedo aquí a descansar hasta que la rodilla se me cure!!!!
Estaba decidida.
Aunque tuviera que estar 1 mes ahí en ese pueblo descansando, yo no iba a abandonar. Eso nunca.

Comimos, descansamos, por la noche fuimos a cenar (la pulpería O Caldeiro te recoge en coche en el albergue si cenas allí) y vimos la final de fútbol de España.
Mañana será otro día, y nadie sabe lo que pasará.

3 Response to "CRÓNICA DEL CAMINO. Día 7. Etapa 7, Grandas de Salime- A Fonsagrada"

  1. Anónimo Says:
    9 de agosto de 2010, 11:14

    Sigo entusiasmado tu camino y espero el relato de tus próximas etapas. Ya me queda menos para comenzar el mío. Como te decía en el foro de piedra sobre piedra, comienzo el 1 de octubre y siempre he tenido claro que prefiero ir solo para ir a mi ritmo y sin prisas, pero teniendo claro de que solo dispongo de dos semanas.
    Sabia decisión el descanso de dos días para recuperar tu rodilla.
    Saludos

  2. Telex says:
    9 de agosto de 2010, 11:31

    Vaya, qué ilusión me hace cada vez que recibo algún mensaje que me indica que leen mi blog.
    Gracias por tus palabras y buen camino.
    Seguro que no te arrepientes de haber ido solo.

  3. Anónimo Says:
    21 de agosto de 2011, 12:27

    ¡buena decisión!, no hay nada peor que sufrir a lo tonto, el camino es disfrute y reflexión no una carrera de maratón.Las mejores son las etapas dobles pero de doble tiempo para llegar, eso quiere decir disfrutar del paisaje

    isabel

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