Llegamos a Montilla un martes por la mañana, bien tempranito.
Carmeli ya estaba pensando en organizarse el día para irse a andar. Es admirable, no le dolía nada y estaba deseando continuar con su ritmo de vida.
Yo por mi parte apenas podía andar y decidí ir lo antes posible al médico de cabecera para que me mandara al traumatólogo.
Éste último, me ha renovado las plantillas ortopédicas (para corregir la postura al pisar) y me ha comentado que tengo la rótula desplazada.
Por lo visto al tener débil la musculatura, no ha podido agarrar bien la rótula y se me ha desplazado hacia fuera debido al sobreesfuerzo del camino. Me ha mandado ejercicios de fortalecimiento de cuádriceps y estiramientos.
Estoy muy entusiasmada haciendo los ejercicios (de vez en cuando se me cae alguna lágrima debido al dolor al mover la rodilla) porque tengo muchas ganas de curarme y fortalecerme para poder hacer otro camino el año que viene.
Ahora a limpiar y guardar todo el material porque... ¡el camino no ha acabado aún!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
23 de agosto de 2010, 9:49
Muchas gracias Telex por compartir tu camino. He tomado buena nota de tu crónica en este blog y ansioso espero el comienzo del mío.
25 de agosto de 2010, 5:13
Gracias a ti por leer el blog, y a todos aquellos que han dedicado un minutillo de su tiempo en leer algo de él. Me ha hecho mucha ilusión saber que servía a alguien.
¡Buen camino y disfrutalo! Que cuando se acaba... da mucha pena.
12 de septiembre de 2010, 12:32
Yo empiezo mi camino en menos de una semana... y sin duda, ha sido toda una sorpresa encontrar tu blog y empezar adentrarme en esta aventura antes de lo que esperaba.
Gracias por compartir tu experiencia con el resto de un modo tan sincero!